12 Ene Constituyente, ya.

Escribe: Isaac Bigio.
Dentro de las distintas manifestaciones se corean diversas consignas. Hay algunos que piden nuevas elecciones generales para lograr que de una vez por todos se vayan todos. Esto es cuestionado por otros sectores, quienes dicen que esto implicaría mantener el actual sistema de tener un congreso corrupto sin control y que pueda remover a los poderes ejecutivo o judicial.
Otros aducen que el pueblo ya votó por Castillo y que él debe ser liberado y reinstaurado en palacio hasta cumplir su quinquenio, por lo que pedir nuevas elecciones es hacerle el juego al golpe de Keiko y Dina. Los que están a favor de adelantar los comicios generales sostienen que Castillo no es ya tan popular y que ha perdido mucha legitimidad, por lo que el eje debe ser renovar al Gobierno.
También hay quienes proponen que la salida es un nuevo estado o una revolución social.
En medio de estas diferencias se ha perdido la posibilidad de conformar un comando unitario de lucha. Tenemos varios comités con distintas siglas, pero cada uno con sus propias limitaciones, precisamente por la ausencia de un frente único.
Al margen de todas las discrepancias hay una demanda que une a todos y que debiera estar en el centro de todas las protestas sociales. Esta es la de convocar inmediatamente a una nueva Constituyente para reorganizar completamente al país.
Esta demanda no solo lleva a pedir una nueva carta magna, sino una asamblea que tenga el poder y la capacidad de discutir y resolver todos los problemas del país. Solo esta puede acabar con el Tribunal Constitucional, reorganizar el aparato judicial, institucional y policial, y abordar todos los problemas nacionales.
Las últimas 2 constituyentes que hemos tenido han sido electas en distrito único y con pocos miembros, buena parte de Lima-Callao. Urge una que sea amplia y representativa. En esta debieran estar representados cada una de las 196 provincias, 50 nacionalidades originarias y decenas de organizaciones laborales, juveniles, estudiantiles, femeninas, reservistas, ronderas, campesinas, vecinales, emprendedoras, de pensionistas, de discapacitados, de ollas comunes, etc. Solo una verdadera constituyente puede ayudar a acabar con este sistema tan corrupto.
Isaac Bigio. Politólogo economista e historiador con grados y postgrados en la London School of Economics & Political Sciences.